Inicio este post con una terrible confesión: estudié durante 12 años de mi vida en un colegio de monjas. Así es, yo, la bruja contemporánea, fui educada bajo los cánones del vaticano y su anticuado catolicismo. Desde los 5 a los 17 años, asistí fervientemente a una escuela religiosa. Debo decir que asistía con alegría, porque siempre me ha gustado el conocimiento y la ciencia, pero nunca la religión y la ética.
Las jornadas eran largas; iniciaban a las 5:30 am cuando me despertaba e iniciaba el proceso de arreglo personal, el peinado, el uniforme perfectamente planchado, los zapatos como un espejo, y las uñas limpias. A las 6:30 am eramos todas sometidas a un minucioso estudio de nuestra presentación personal, y pobre de la que llevara los zapatos sucios. A las 7 am, mientras algunas eran recluídas en la oficina de disciplina por llegar tarde, las otras estábamos en el patio haciendo formación para la oración de la mañana. Allí debíamos hacer filas perfectas, y quien estuviera desalineada era humillada públicamente frente al resto del colegio. Nos salvábamos de la terrible formación nazista, cuando había misa – qué felicidad (sarcasmo)- nos aglomerábamos 800 estudiantes en la capilla muertas de calor con el clima de la ciudad, a tal punto de que algunas se desmayaban.
Cuando crecí empecé a notar que algunas cosas no andaban muy bien. Siempre fui la mejor de mi clase, alto puntaje de las pruebas nacionales, quien participaba en cualquier congreso de química, física o matemáticas, etc, yo era la nerd del curso. Sin embargo mis notas en religión y ética, nunca eran las mejores, y aquí les va el porqué. Yo decidí que no quería ser una ama de casa, y me dí cuenta de que en el colegio nos estaban llenando la cabeza de mierda. Mencioné que era un colegio femenino?
Cómo vestirse, cómo tomar los cubiertos, cómo hablar, cómo ser una buena madre, imposible hablar de aborto o sexo, pues van en contra de Dios. El sexo era dejado para los tristes matrimonios y no para las mujeres del siglo XXI. Ni hablar entonces de experimentar los primeros cambios hormonales, todas erámos mujeres, las monjas, las profesoras, y las estudiantes. Era común encontrar niñas en los baños masturbándose mutuamente, y eran severamente castigadas. La represión de la sexualidad estaba a la orden del día, pero aún más grave, la represión mental.
Prof de ética y religión (soltero): » El sexo hay que dejarlo para el matrimonio». Xeh: «Eres virgen» ……………… Prof: «ehhhhhhhhh no» Xeh: «me encanta tu doble moral» . Y la sanción no se hizo esperar.
No erámos libres, nos estaban encasillando en la celda de la mujer del siglo XVI, sumisa, dama intachable. Lo siento hermana, yo quiero ser puta, independiente, libre pensadora y mal hablada. Y todas seguían el jueguito, bueno, muchas de ellas ya son madres de dos hijos a los 22 años. Y quién se rie ahora? Las demás juegan el juego del profesor de ética, ese de la doble moral, y son las putas más calientes en la cama, pero siempre bajo la facha de la «mujer de bien».
Un día llegó el profesor de química, a quien agradezco mucho de lo que soy. Siendo sinceros el era un buen tipo, sólo que algo pervertido. No debe ser fácil ser un hombre jóven en medio de coñitos de 15 años. Inició a dañarme el cerebro con frases soeces. Me sacaba de clase de filosofía para llevarme al laboratorio de química a hablarme de sexo. Nunca se propasó conmigo, pero me liberó la líbido, sin duda. Y así como se libera la sexualidad, se libera también la mente de las estructuras sociales preconcebidas y arcaícas.
No puedo decir que todas se dejaron alienar, siempre existen los rebeldes que no se dejan aplacar por los parásitos del sistema, en este caso, curas y monjas solapados y facistas. No quiero meterme en el tema de la Iglesia Católica por el momento, este post es sobre educación, pero que quede claro que soy intolerante con cualquier cosa que tenga que ver con Dios, Jesucristo, la Virgen y el Famoso Espíritu Santo que nadie conoce.
Puedo decirles que mi experiencia escolar fue bastante negativa, y conozco perfectamente las consecuencias de una educación arcaíca: la alimentación de un maldito círculo vicioso que nos mantiene oyendo sandeces y viendo como cientos de niños crecen con mierda en el cerebro, con términos obsoletos como: disciplina, religión, sumisión, orden, pulcritud, modales guiando sus pobres y miserables vidas. Porqué? porque Dios te mira, y quiere que seas bueno. Hermana Rectora: Dios me la rasca !! Gracias por hacerme una mujer abierta, anárquica, conciente de su sexualidad, revolucionaria, pos moderna y atea.
Hermanos compatriotas del mundo. Es Hora! Es Urgente!! Revaluar los estándares de la educación mundial. Por allí comienza el desastre que somos. Hey teacher, leave the kids alone! Derrumbemos los muros de la educación tradicional que nos encierra en un aula de clases, destruyamos las calificaciones que generan complejos y reconres entre los niños, abajo la discriminación y las etiquetas, nadie es buen alumno ni mal alumno, abajo la competencia, arriba la solidaridad. Abajo las clases de religión, arriba las clases de arte.
«Sin exigencia no hay excelencia» era el lema de mi Colegio de la Eucaristía. Díganme ustedes si esta frase no les da escalofríos, en pleno siglo pos moderno, seguimos en la edad media. Quítenle las escuelas al vaticano, forma moderna de la inquisición y el control social. Hermana Rectora, estúdiese la revolución industrial y las 65892 cosas más modernas que el catolicismo.
Aquí les dejo un interesante video sobre lo que debería ser la educación del hoy, a ver si de algo sirve: