Comunidad

Estamos todos?
Estamos nosotros.
Quiénes son nosotros?
Los que nos vamos a dormir con tierra entre las uñas, con los dedos hediondos a ajo.
Los que hemos cocinado la cena, los que hemos tallado el leño, y preparado el pan horneado.
Dónde está Dalia?
No ha venido este inverno.
Entonces no estamos todos. No somos nosotros. Solo un vulgar ustedes.
Quién va a contar de nuestros días, y servir el vino?
No somos unidad si nos falta un individuo.
No somos felicidad, si no está Dalia.
A dónde ha ido?
Dicen que se perdió entre la niebla, con la tierra entre las uñas y los dedos hediondos a ajo.
Dejó la última cena lista, puso la madera en la chimenea, y en la mesa encontramos el pan recién horneado.
Ustedes y yo, sin una de las nuestras.
Quién fue el último en verla?
Adamo.
Qué pasó Adamo?
No lo sé. Solo la vi ponerse las botas y emprender el camino hacia la quebrada.
Pensé que iba por agua. No le dije nada. Ni el buenos días.
Porqué Adamo?
Porque aquí estamos todos, y aquí hemos de permanecer.
En la comunidad todos estamos. Somos nosotros. Tierra y gente, paisaje.
De la unidad nadie sale, pues entonces es división, y en la división hay solo espacio vacío.
Porqué Dalia habría pensado de modo distinto?
Creo que en la comunidad ella se había perdido. Se había convertido en parte del paisaje.
Como todos nosotros. Elementos del paisaje con caras borrosas y nombres comunes.
Somos una común unidad.
Dalia era demasiado especial para estar con nosotros.
Ella nos hacía especiales. Ahora somos todos iguales.
Mimetizados con estas piedras.
Donde irá Dalia será especial.
Ahora ustedes y yo seguiremos viviendo en esta común unidad,
imaginando que el paraíso existe dondequiera que Dalia esté.