El tiempo es mi duda constante. El espacio no.

El tiempo y el espacio, el «estar aquí» y el «ser concientes» de «estar aquí», el explorar nuestra existencia a través de ambos, hermosas cuestiones existenciales; el primero es éste en el que exprimo mi mente tratando de encontrar las palabras para descifrarlo, el segundo en cambio está ya descifrado a través de los sentidos: los 2800 mt sobre el nivel del mar, el olor a pescado de la cena, la temperatura de mis piés, el sabor a vino en la lengua, la silla sobre la que me siento y a su vez todas las moléculas que vibran dentro de ella. Este es el espacio, mucho más sencillo de comprender, pero que sin el cual no podríamos ser tampoco, es decir, pensamos y somos concientes de nuestra existencia en el universo, nos vemos en un espejo, comemos, crecemos, amamos, nacemos, morimos, todo esto gracias a que somos un cúmulo de células, de materia perceptible. El tiempo en cambio es mucho más místico, él scorre o transcurre (en italiano es casi una onomatopeya), fluye. Muchos pensadores lo comparan con un río que nunca es el mismo río. Hagamos el ejercicio mental, sientense a la orilla de un río, pequeño, grande, como lo imaginen, observen con fija atención un solo punto del río; el agua que ven en este momento ya se fue, ya va lejos, y la que ven en este nuevo momento es el agua que en el anterior momento todavía venía en camino. Lo sé que son muchas palabras, lo lamento. Quiero sólo caer en una cosa: esa agua que vemos en todos los instantes es pasado y es futuro, el presente no puede existir sin ambos. En el momento en el que tomas una fotografía del momento presente, ya es pasado. En palabras de Borges, presenciamos «la agonía del tiempo presente desintegrándose en el pasado».

Y el futuro o el por-venir, es siempre el hoy, es el regreso a la eternidad, la idea de un porvenir es lo único que nos alimenta, por eso lo construimos desde el presente con pedazos de pasado y con pegamento de memoria. Platón decía que el tiempo es la imagen móvil de lo eterno y el futuro sería el movimiento del alma hacia el porvenir. Volver a la no-existencia, a la eternidad. Se me acaba de ocurrir una escena para explicar la abstracción: Imaginemos una carrera de carros donde salen de un punto A a un punto B, Nosotros estamos en la tribuna observando la carrera, simplemente observando sentados sin ningún movimiento, en la «eternidad», En un determinado punto se nos llama a ser participantes de la carrera, el tiempo transcurre en forma de secuencia, los segundos son partículas de eternidad una tras de otra en fila, es movimiento, La carrera inicia y acaba, como la vida, después volvemos a ser simples espectadores fuera del espacio de la carrera, inmóviles en el tiempo.

Nosotros como viajeros hacia la eternidad, soportamos todo el peso del camino con sus incertidumbres, aunque afortunadamente sabemos que existe un nuevo sol que vendrá mañana, y pasado mañana, el después de pasado mañana, dándonos tiempo para entender el viaje. Imagínense por un momento que toda la carga de la existencia se nos fuese dada toda en un inmenso paquete, dentro del paquete hay cientos de cartas, libros, papeles, películas, números que te explican todo, hay manera de devorar toda esa información contemporáneamente? No. Para eso se nos fue dado el tiempo, para tomar con calma cada uno de esos libros, cartas, papeles, películas, información, leerlos, entenderlos, conectarlos los unos con los otros, El rompecabezas no se puede armar instantáneamente: cada pieza es puesta en su lugar una tras de otra, en sucesión.

Amo leer que tanto a Borges, como a Nietzche, como a Einstein y Hawking, como a Platón y San Agustín apasionó este tema tanto como a mí. El mismo Borges decía que si lograramos descifrar el tiempo lograríamos descifrarlo todo. Porque si el tiempo fluye desde el pasado hacia el futuro, y es infinito, debe tener un origen. De ser eterno, el futuro podría moverse hacia el pasado, y ese no es el caso. Un origen del movimiento del tiempo, un origen del universo, puede ser el mismo origen nuestro. Por esto me gusta estudiar y pensar en la maravilla del tiempo, porque está intimamente ligado a nuestro profundo problema: Quien soy? Quienes somos? Qué hacemos aquí? El tiempo es el mismo que se descompone mientras pienso en el origen del tiempo.

Amo el misterio de la existencia, como bien dijo San Agustín, sentir que mi alma arde por saberlo todo. Ser yo misma es una prueba palpable de la existencia del tiempo, crecer como cualquier otro ser vivo, cambiar, no ser la misma cada día física y mentalmente, ser conciente de que el peldaño donde tengo el pie ahora es el peldaño que se deja y el que está frente a mis ojos es el que se toma, atravesar mil circunstancias que sólo te conducen a un destino que al mismo tiempo ya fue, y a pesar de todas estas cosas seguir siendo siempre yo, permanecer sin importar el transucurrir del tiempo, como quien permanece de pie en medio de una ventisca que amenaza con derribarlo. Somos siempre nosotros permanentes en lo móvil, pero móviles dentro de lo único permanente, la eternidad. Como dije en alguno de mis post,  cada día es un No a la eternidad…. Y no es en vano que tengamos días y noches, no es en vano que la tierra gire alrededor del sol para tal efecto, Contamos númericamente, vivimos y recordamos nuestra vida bajo mandato del sol. Entre un día otro, tomamos la noche para dormir, para soñar, aunque yo agregaría también para morir, y así cada mañana volver a nacer y nuestro día trascurre siempre en dirección a la noche, como nuestra vida hacia la muerte. Por eso es que es tan mágica la noche cuando nos quedamos despiertos, es un pedazo de oscuridad que podemos ver, Y por esto es tan mágico el sueño porque es lo más cercano a la muerte dentro de lo que conocemos, Y por esto es tan mágico el tiempo, porque me permite pensarlo en él mismo, mientras veo el reloj tranformarse en futuro, acercándose al lúnes, al mañana.

Y ya es mañana.


6 Respuestas a “El tiempo es mi duda constante. El espacio no.

  1. Ieri notte c’è stato un temporale fortissimo. Tuoni, lampi e fulmini. Ci siamo ritrovati tutti svegli, nella stessa stanza, al buio, come in quei film apocalittici dove una catastrofe distrugge il mondo. Dove i protagonisti però si salvano sempre. Noi eravamo stretti sul divano, senza parlare ma pensando alla stessa cosa. Poi qualcuno ha detto:
    – Sembra la fine del mondo –
    Silenzio, un tuono più forte degli altri e una voce dal forte accento calabrese:
    – Minchia……finalmente –
    Ancora silenzio, il rumore delle sigarette che si spengono nel portacenere, e ognuno che ritorna ai propri letti, protetto dall’oscurità. Meglio non guardare gli altri negli occhi, meglio tornare a dormire, il temporale sta passando, il mondo non è caduto.

  2. Alcune cose mi lasciano perplesso, però sei un genio! (perdon per il maschile)

  3. Giova, il mondo cade e muore tutte le notti, basta con chiudere un po’ gli occhi e restare in silenzio. Il problema è poi svegliarsi ancora alla vita. Fabri, tanto in italiano come in spagnolo «genio» è «genio» per la femmina o per il maschio.. Non ho nessun problema con l’essere «un genio», queste cose della lingua mi fanno ridere. Ma meglio così, essere genio, no donna neppure uomo.

  4. anche a me fanno sorridere, un sorriso amaro frutto della consapevolezza che le nostre parole sono impregnate di maschilismo, così profondo che è difficile da notare e impossibile da estirpare almeno nel breve periodo.

  5. Sei più feminista di me 🙂
    Ma chi se ne frega? Se finisce con la A è femminile, se finisce con la O maschile….. ma sono cazzate…. dai… Il maschilismo non è un problema delle lettere, e mi fa incazzare la gente che crede che mettendo una @ siamo uguali. Ma ci credi?

  6. SPIRAL
    Seneca decia que la muerte (fin de la vida) no es algo por venir si no mejor algo que està atras en el tiempo ido ya vivido y no mas…me gusta la idea que el tiempo por venir eterno sol que se deja la noche detras alumbra y transforma en una creacion infinita (de tiempo!?) que sumandose a la sircularidad del tiempo forma una spiral.
    dedicar tiempo al tiempo es tiempo, idea de ser umano

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